CORTE & RASURADO
A cut and a shave sir?
Una de las zonas más problemáticas y que tendemos a olvidar al afeitarnos es el cuello: muchos nos concentramos más en el área de la cara, y al afeitar el cuello, terminamos con rojeces, irritación, picor (en el mejor de los casos), o hasta molestos granos, ocasionados por vellos que crecen por dentro del poro (foliculitosis de la barba).
Siguiendo estos consejos, con seguridad mejorará tu afeitado: Primero que nada, prepara tu piel (no me cansaré de repetirlo). Una limpieza con un jabón suave, que a la vez hidrate la piel y el vello, es fundamental. El vapor de la ducha (por eso mi recomendación siempre será que te afeites después del baño o ducha) ayudará a relajar los músculos, abre los poros y deja el vello al descubierto, para que sea más fácil rasurarlo. Sin embargo, si alguna vez has visitado a un barbero profesional (o lo has visto en películas), sabrás que antes de afeitar al cliente, echan mano de una toalla caliente. Por eso no la descarto: ayúdate dejando una pequeña toalla humedecida con agua caliente y exprimida unos minutos en el cuello. Sé que a algunos de nosotros no nos gusta utilizar aceites antes de afeitarnos, pero hay que reconocer que pueden ser grandes aliados, sobre todo si tenemos problemas en la piel. Si decides probar algún aceite, el momento de aplicarlo es al salir de la ducha, antes de la toalla caliente. Segundo. Conoce tu barba! Con pequeños movimientos circulares puedes detectar la dirección del crecimiento del vello. Si lo sabes, evitarás afeitarte en dirección contraria, porque esto ocasiona mayor irritación. Además, entre pases, es muy importante que enjuagues la cuchilla suficientemente bajo el grifo. Tercero. No utilices una cuchilla poco afilada, y si eres del club del afeitado clásico, o con cuchillas de doble filo, escoge una que no sea tan agresiva. En caso contrario, si sigues utilizando las cuchillas desechables, busca un modelo que tenga menos cantidad de hojas (dos-tres máximo), y olvídate de presionar la cuchilla contra la piel cuando te afeitas. Literalmente, no te presiones! Cuarto. OJO con la espuma “seca”. Si está muy muy espesa, más bien seca, que casi parezca crema dental, humedece la punta de la brocha en agua otra vez, y entonces vuelve a pasarla por toda la cara. El agua revivirá la espuma. Nunca te des un pase sin espuma. Toma tiempo y práctica aprender a lidiar con la espuma, pero terminarás por dominarla, no te preocupes. Se trata de trabajar la espuma en tu cara, moviendo la muñeca, no de “pintar” la cara con la brocha. Quinto. Por último, puedes tensar un poco la piel, pero no la estires sin compasión, la mejor forma es inclinando la cabeza un poco hacia atrás, esto te dará la tensión suficiente para sentir que la piel está “plana”. Finalmente, elimina restos de espuma y vello con agua tibia, y enjuaga por última vez con agua fría (incluso, me gusta rociarme con agua termal , también en el cuello, sin secarla, dejando que la piel la absorba, y después me aplico el after shave). Espero que te haya gustado, que pongas en práctica los consejos a la hora de afeitar el cuello. Transportándome al pasado y volviendo al presente, pienso en diversas situaciones que a día de hoy pueden presentársenos, alejándonos de la comodidad (desde dormir a la intemperie, quedarte sin gas, hasta ser parte de una guerra), por lo que no queda más que concluir que los hombres podemos afeitarnos con agua fría. De hecho, el método tiene un gran número de adeptos, algunos llegan a defenderlo a capa y espada.
Una de las ventajas que mencionan quienes se afeitan con agua fría, es que, como el agua caliente reblandece el vello, es muy posible que al pasarnos la cuchilla, pasemos por encima del pelo, porque la cuchilla se desliza más fácilmente. En cambio, si utilizamos agua fría, el vello se mantiene erguido, y la cuchilla puede cortar todos y cada uno de ellos, así que son capaces de afeitarse con un solo pase, evitando cualquier tipo de irritación. En resumen, que el resultado del afeitado es mucho más apurado. Otro punto a favor, sostienen, es que afeitarnos con agua fría es más saludable para la piel y para el cuerpo en general, (el agua caliente tiende a resecárnosla), además el agua fría mejora la circulación, aporta brillo y lozanía a la piel al cerrar los poros y la cutícula del vello. También es vigorizante, energizante, proporcionándonos una sensación de bienestar y por si fuera poco, estimula la producción de testosterona en el hombre. Nada mal, no? Por otra parte, afeitarnos con agua fría nos ahorrará tiempo y dinero: nos acostumbraremos a poder afeitarnos en “cualquier” parte (mientras tengamos agua, por supuesto), y sin tener que esperar a que salga el agua caliente…verdaderamente útil si se nos ha hecho tarde y vamos con las prisas. Mi experiencia no ha sido tan buena como los fan del agua fría lo pintan: encuentro que es mucho más difícil para mí conseguir un buen resultado (probablemente porque tengo el vello muy abundante y grueso). No logro un afeitado apurado, porque no puedo cortar el pelo a ras, porque me saldrían rojeces, y más tarde granos (e inevitablemente, foliculitis). Lo veo como una opción sólo en caso de emergencia, o en verano, en días muy calurosos, para mantener la barba corta pero con ese look de 3 días… Creo que una vez más, se trata de qué va bien con tu piel y con tu vello, y en qué etapas te encuentras. De todas formas y especialmente en este caso, probar no cuesta nada. |
AuthorBeard Expert. Archives
November 2019
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